El Éxito Tiene Seis Mil Millones de Sabores Más


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El Éxito Tiene Seis Mil Millones de Sabores Más

Por Gillian MacBeth-Louthan

Artículo tomado de http://www.thequantumawakening.com, boletín de Agosto del 2.004.  Publicado en este sitio web el 10 de Septiembre del 2.004.

Original en Inglés, traducción por Susana Peralta.

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El éxito viene en forma de seis mil millones de sabores más. No es sólo vainilla o chocolate con algo de granizado aquí y allá. No es algo que un diccionario, un maestro o un padre puedan definir. Porque la esencia misma del éxito es tan multidimensional que va más allá de nuestra comprensión terrenal.

El éxito es diferente para cada persona en el planeta Tierra y no puede ser  monitoreado o medido junto con nada ni nadie. Algunos días el éxito puede ser tan grande como una montaña, otros días puede ser tan pequeño como una célula. Nacemos siendo entrenados por nuestros padres y semejantes para entrar rápido a la ciudad del "Éxito".  Se nos instruyó para casarnos, construir, dar a luz hijos en la ciudad perfecta del "Éxito".  ¡Buscamos amarnos los unos a los otros, ser felices y morir en esa imagen holográfica de lo que alguien nos dijo que debería ser el éxito!  Plantamos nuestras cosechas y nuestro futuro "ay, demasiado corto", en la definición de lo que es el éxito dada por otro, y luego nos preguntamos por qué nuestros árboles no dan un fruto que esté alineado con el anhelo de nuestra alma.

La dirección del éxito cambia constantemente, siguiendo las señas que le hacemos con la mano. Algunos días lo impulsamos hacia delante, al día siguiente le pedimos que se pare en seco, y lloramos en las horas de la madrugada cuando no sentimos su presencia. El éxito, como el amor o la alegría, se ha convertido en una entidad viviente que hace lo que se nos antoja día a día. El éxito nunca es el mismo dos días seguidos para nadie. Un día se podrán sentir exitosos si hacen una gran venta, al día siguiente el éxito puede ser sacarse por fin la astilla del dedo. Para una madre joven tener éxito es que su bebé duerma por fin toda la noche. Para un anciano tener éxito es despertarse por la mañana. Para algunos tener éxito es jubilarse, para otros tener éxito es conseguir su primer trabajo. El éxito se parece al camaleón porque su cualidad cambia día tras día de persona a persona. ¿Cómo podríamos juzgar jamás qué es el éxito con mirar a otro?

Cuando llegamos a la Tierra por primera vez, vinimos con una agenda del alma. Una especie de lista cósmica que describía qué necesitaba nuestra alma para sentir finalmente que había conseguido el éxito mientras estaba en la Tierra. Esa lista interna nos dirige. Buscamos esa cosa "única" que pueda solidificar y documentar que tuvimos éxito en nuestro viaje a la Tierra. Regresamos a la Tierra muchas veces sólo para solucionar lo que vimos como fracasos en nuestras encarnaciones previas.

Es hora de despertar a los sutiles matices de lo que realmente es el éxito. Es un tiempo para contar las maravillas, los milagros y los pequeños triunfos del día que muchas veces pasamos por alto. En cada experiencia que hayan tenido alguna vez, vive una partícula minúscula de éxito. La primera vez que ustedes caminaron o hablaron cuando eran bebés. La primera vez que arrojaron una pelota o atajaron una bola al aire. La primera vez que besaron, la primera vez que manejaron un auto, su primer trabajo,  todos son recuerdos llenos de éxitos, sin que importe cuál fue el resultado. Reúnan todos esos antiguos éxitos y tráiganlos al presente. Pónganlos en fila y miren detenidamente cuántos éxitos tuvieron realmente. Beban esa combinación personal de éxito.  La mayoría de las personas se enfoca sólo en los fracasos y los magnifica a la enésima potencia, de modo que eclipsen todo lo demás. En el hermoso jardín de rosas de su vida, ¿miran solamente las malas hierbas o alguna vez ven únicamente las rosas?

Vuelvan a definir lo que creen que significa el éxito para ustedes y sólo para ustedes. Dejen de mantener en alto su vida contra el vidrio biselado de la conciencia masiva. Las verdades personales se distorsionan cuando se las pone a la luz del porche de otro. Al ver sólo sus fracasos, siempre se quedarán cortos, sin que importe cuán encaramados en la montura les puedan parecer a los demás. Súbanse a ese caballo de alzada (aunque necesiten una escalera) y échenle un buen vistazo a su vida. Ustedes fueron creados para triunfar.

Cuando se concentran en lo que "no" tienen, nunca tendrán lo suficiente. Cuando se concentran en lo que sí tienen, siempre tendrán abundancia.

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